Etapa 1: San Juan Pie de Puerto – Zubiri. 49 Km.

julio 13, 2010

Martes 13, ni te cases ni te embarques… contraviniendo este consejo empezamos nuestra travesía hacia Santiago de Compostela. Amanece con nubes en el cielo, el “taxista” puntual se levantó a prepararnos el desayuno. Y comienzo la marcha… subidas, al principio las afrontamos con buen ánimo, pero pronto tenemos que echar pie a tierra en algunas rampas imposibles de superar. Lo peor es la incertidumbre, pues después de un repecho que te obliga a darlo todo viene otro donde ya no puedes dar lo que no tienes de fuerza. Así que acabas adoptando una posición conservadora pues la única opción posible es llegar a la meta, reservando fuerzas. Atravesamos por un paisaje de montaña, típico de los Pirineos, con amplias praderas muy verdes, donde pastan ovejas y caballos.

Los peregrinos, que en estos terrenos andan más que nosotros que empujamos penosamente nuestras bicis, nos acompañan buenos tramos de camino; incluso cuando logramos superarlos a golpe de pedal acaban alcanzándonos a la mínima ocasión que paramos para recuperar fuerzas. Con paciencia vamos remontando una loma tras otras, dejando los verdes valles abajo junto a la niebla.

 

Entramos en el Reino de Navarra casi a la vez que coronamos el último repecho, junto a la fuente de Roland donde paramos para abastecernos de agua. Una vez coronado el último repecho del camino, cuando creíamos que venia una fácil bajada, nos encontramos con un camino casi vertical, muy “técnico”.

Entre riscos y piedras descendemos apurando al límite los frenos de disco, que se calientan hasta el extremo de perder efectividad debido al sobrepeso que llevamos y a la tremenda pendiente de bajada. Aún así el tramo de unos tres kilómetros es espectacular, entre robles y sorteando raíces , piedras, troncos… conseguimos llegar a la “Colegiata de Roncesvalles”, casi al límite de nuestras fuerzas.

Aprovechamos la comida en el “Hostal del Peregrino” para recuperar fuerzas. Una comida un poco justa de cantidad, pero servida con sumo esmero y atención en un restaurante de categoría, de los de servilletas de hilo. Después de la comida el “momento siesta” en una campa junto a la carretera.

El descanso nos sienta bien, continuamos camino por los senderos que descienden, aunque no por mucho tiempo. Pronto afrontamos la subida al alto del Erro, los tramos más difíciles cercanos a las aldeas han sido adoquinados con planchas de piedra rojiza – parece que pedaleamos hacia la Ciudad Esmeralda por el reino de Oz.  Coronamos el alto y descendemos por un peligroso camino lleno de piedras, al que le siguen continuas subidas y bajadas, cortas y en general perdiendo altura hasta llegar a Zubiri. Pasamos el puente sobre el río, y nada más cruzarlo encontramos un albergue, parece moderno y cuidado, no lo pensamos mucho y damos por finalizada la etapa de hoy. Una tienda de ultramarinos cercana nos permite surtirnos de lo necesario para la cena, junto al río y acompañados por caballerías que bajan a beber caída la tarde. Recorridos 49 km. por un terreno difícil, no está mal, mañana será otro día.