Etapa 2. Zubiri – Lorca. 68 km.

julio 14, 2010

El albergue de Zubiri, privado, es lo suficientemente bueno para poder descansar. En el dormitorio pasaron la noche cuatro peregrinas y dos bicigrinos curados de espanto. A la mañana desayunamos unos bollos y yogures bebidos, comprados el día anterior en el mercado del pueblo y partimos en dirección a Pamplona.

 Dejamos atrás valles con continuos repechos para entrar en Villava, que es casi un barrio de Pamplona, por carretera nos adentramos en la Capital Navarra. Hoy los pamploneses cantan el “pobre de mí, ya se acabó la fiesta de San Fermín”, aunque por la mañana los cabezudos siguen desfilando por las calles.

Salir de las grandes capitales siempre es complicado, nos orientamos en dirección a la zona del hospital y la universidad. El camino sale atravesando un puente medieval sobre un riachuelo, pronto llegamos a Cizur, con su iglesia de aire militar, pertenece a la “Orden de Malta”. Sellamos y charlamos un rato con el hospitalero antes de partir, sabemos lo que nos espera por delante; subir el “Alto del Perdón” es la dificultad orográfica del día. La subida se hace muy bien, es más el nombre que la dificultad del montículo, o por lo menos es la impresión que me da esta vez, hace 11 años recuerdo que me costó un triunfo subir este picacho.

 Arriba unas fotos, un momento para contemplar el paisaje desde esta atalaya natural, algunos ciclistas subieron por la carretera. Continuamos, por el camino, bajando por el pedregoso y peligroso camino; con la mochila a la espalda se controla bien la bici y bajo como un rayo, Diego me sigue algo más atrás. Un camino igual de pedregoso, pero bastante llano, nos lleva hasta Puente la Reina, encrucijada del “Camino de Santiago” donde se une el ramal que viene de Aragón. Paramos a comer en un coqueto café-restaurante que vemos a la entrada, es la hora y hace un hambre. Luego aprovechamos la sombra del puente sobre el río Arga para echarnos una buena siesta. 

Renovadas las fuerzas con la siesta continuamos nuestro camino por tierras navarras, un terreno muy duro, con continuos sube y  baja con grandes pendientes. Llegamos a Cirauqui, pueblo que se encuentra en un alto, paramos para retomar un poco de aire y visitar el alberque, ya vamos pensando en finalizar la jornada. El albergue de peregrinos, privado, es una coqueta casa en lo alto del pueblo y no está lleno. Nos pensamos por un momento el quedarnos, pero al final optamos por continuar, en el pueblo no hay ni un mercado para comprar la cena. La salida del pueblo por el camino es caótica, nos despeñamos por unos escalones que bajan al arroyo para acto seguido subir otro cerro, las fuerzas se resienten. En una encrucijada sin señalizar perdemos el buen camino, lo que nos faltaba hoy para rematar el día. Con buen sentido común nos orientamos hacia la carretera, atravesando terrenos de pasto y volviendo a bajar por senderos hasta el borde de la carretera, donde recuperamos las señales del camino. El siguiente pueblo es Lorca, está también en un cerro por lo que nos toca subir otra vez más hasta el caso del pueblo. En su calle principal tenemos dos albergues, puerta con puerta uno con otro. “La Bodega del Camino” reza en la puerta de uno, no hay duda, por hoy terminamos la etapa.

El Albergue resulta ser un edificio recuperado para el fin, parte hostal y dotado de una habitación común para los peregrinos. No está nada mal, como tiene lavadora aprovechamos para hacer la colada. Diego compra en la única tienda del pueblo algo para cenar, nada complicado, la cocina está copada por el resto de peregrino y no nos planteamos cocinar nada. Unos refrescos en la terraza después de la ducha restituyen cuerpo y alma, solo falta un buen sueño para reponernos, mañana hay más camino.